Desde los comienzos de la aviación comercial la industria se ha convertido en un aspecto integral de la vida moderna, apoyando de manera directa la conectividad humana y la economía global. La aviación facilita el turismo, los negocios internacionales, el comercio y el transporte en todo el mundo, incluso, en lugares remotos. Muchos Estados insulares, como la República Dominicana, han adoptado la aviación como un medio para establecer una fuerte economía turística, alentando a los visitantes a explorar los ecosistemas únicos que tienen para ofrecer. Dado que es probable que las islas se vean más afectadas por el cambio climático, es fundamental proteger estos recursos naturales, incluso de los efectos del cambio climático.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo especializado de las Naciones Unidas, creada en 1944 para promover la seguridad y el desarrollo ordenado de la aviación civil internacional en todo el mundo, establece los estándares y reglamentos necesarios para la seguridad operacional, la seguridad de la aviación, eficiencia, capacidad y la protección del medio ambiente, entre muchas otras prioridades. La Organización sirve como un foro para la cooperación en todos los campos de la aviación civil entre sus 193 Estados miembros. A medida que la industria de la aviación continúe creciendo en los próximos años, con una duplicación de la capacidad del transporte aéreo mundial proyectada para el 2030, la OACI continuará trabajando para garantizar que este crecimiento estará acompañado de medidas para evitar impactos adversos innecesarios en el sistema de la seguridad operacional, la eficiencia o el desempeño ambiental. Desde la década de 1960, la OACI ha estado trabajando para minimizar los impactos adversos de la aviación en el medio ambiente.
El 40 período de sesiones de la Asamblea de la OACI , celebrada del 24 de septiembre al 4 de octubre de 2019, adoptó tres resoluciones sobre el medio ambiente que trazarán el trabajo ambiental de la OACI para los próximos tres años relacionados con el ruido, calidad del aire local [1] , y el cambio climático [2]. La Resolución de la Asamblea sobre el cambio climático (Resolución A40-18) reiteró los dos ambiciosos objetivos globales para el sector de la aviación internacional; mejorar el rendimiento del combustible en un 2% al año antes del 2050 y mantener las emisiones netas de carbono a partir de 2020 al mismo nivel, como lo adoptó la Asamblea de la OACI en su 37o período de sesiones. Para alcanzar estos objetivos globales y promover el crecimiento sostenible de la aviación internacional, la OACI está llevando a cabo una serie de medidas que incluyen mejoras tecnológicas de aeronaves, mejoras operacionales, Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) y medidas basadas en el mercado , específicamente, el Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, sus siglas en inglés) [3].
En términos de minimizar los efectos adversos de la aviación civil internacional en materia de cambio climático , la Secretaría de la OACI trabaja con el Comité sobre la Protección del Medio Ambiente y la Aviación (CAEP, sus siglas en inglés)[4] para formular políticas, desarrollar y actualizar las Normas y Prácticas Recomendadas (SARPS, sus siglas en inglés) sobre emisiones de aeronaves y la realización de actividades de divulgación de las mismas. El Comité sobre la Protección del Medio Ambiente y la Aviación (CAEP, sus siglas en inglés) está formado por miembros y observadores de los Estados, organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales que representan a la industria de la aviación y los intereses medioambientales. Durante los últimos 35 años, el Comité sobre la Protección del Medio Ambiente y la Aviación (CAEP, sus siglas en inglés) ha trabajado diligentemente para desarrollar y mantener actualizadas las Normas y Prácticas Recomendadas (SARPS, sus siglas en inglés) en materia de medio ambiente de la OACI, asegurándose de que las últimas tecnologías ambientales sean incorporadas a los nuevos diseños de aeronaves y que el impacto ambiental de la aviación civil internacional sea limitado y reducido.
Desde el inicio de la trayectoria de la OACI para el progreso en términos de desarrollo de políticas y el establecimiento de normas para limitar y reducir el impacto de la aviación sobre el medio ambiente, los Estados miembros de la OACI demostraron estar interesados en tomar acción e impulsar iniciativas relativas a la protección del medio ambiente. Sin embargo, no todos tenían los recursos humanos, técnicos y financieros para hacerlo. Para superar este desafío, la OACI lanzó el Plan de Acción Estatal en 2010 como una manera de proporcionar a los Estados la capacidad y las herramientas para adoptar estas medidas. Estas iniciativas habilitaron a todos los Estados miembros de la OACI a establecer una estrategia a largo plazo sobre el cambio climático para el sector de la aviación internacional, así como la participación de los interesados a nivel nacional.
Este proceso comienza con la elaboración de un escenario como base de referencia, calculando la cantidad de emisión de CO2 generadas por la aviación internacional, si ninguna medida de mitigación debe ser implementada. Tales escenarios de referencia constituyen un punto de partida útil para un firme debate entre las partes interesadas de la aviación internacional a nivel nacional sobre una visión compartida en relación a las emisiones de CO2 de las operaciones de aviación internacional a largo plazo y sobre la priorización de posibles medidas de mitigación, tales como la mejoras en la tecnología de las aeronaves, mejoras operativas, la implementación de Combustibles Aeronáuticos Sostenibles (SAF, sus siglas en inglés) y la participación en Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, sus siglas en inglés).
La selección y priorización de estas medidas de mitigación se benefician enormemente de la participación de las autoridades nacionales a cargo de la energía, el medio ambiente, la innovación y la movilidad. Para apoyar a sus 193 Estados miembros con el desarrollo del plan de acción estatal, la OACI ha desarrollado una serie de documentos de orientación y herramientas de cuantificación. La Guía de la OACI sobre el desarrollo de los planes de acción de los Estados sobre las actividades de reducción de emisiones de CO2 (Doc 9988), proporciona a los puntos focales del plan de acción estatal la orientación necesaria para el entendimiento integral del contexto, las políticas y los recursos disponibles necesarios para ayudar a avanzar el plan de acción estatal. Como resultado del apoyo intensivo de la OACI a sus Estados miembros, en octubre de 2019, 117 Estados, los cuales representan el 93,4% del tráfico aéreo internacional, han presentado voluntariamente un plan de acción a la OACI. La República Dominicana ha demostrado su compromiso con la iniciativa, ya que presentó un plan de acción en el 2013, 2015 y el 2018. Este visible compromiso demuestra nuevamente que todos los Estados miembros de la OACI están dispuestos a tomar las medidas de lugar para la protección del medio ambiente.
Para garantizar la disponibilidad de los recursos económicos necesarios para el desarrollo de su plan de acción nacional, la OACI reconoció la necesidad de explorar la búsqueda de recursos más allá del presupuesto regular de la OACI. Para abordar estas necesidades, la OACI estableció exitosamente dos asociaciones con organizaciones internacionales para asegurar la financiación de proyectos específicos de asistencia técnica. Estos proyectos comenzaron en el 2014 para apoyar las actividades de reducción de emisiones de los Estados miembros de la OACI. Los resultados de estos proyectos incluyeron muchos logros, los cuales describiremos a continuación.
Este proyecto de asistencia técnica tenía como objetivo apoyar a los Estados a implementar medidas de reducción de emisiones, en particular a Estados en vía de desarrollo y a los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés). Financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el proyecto fue implementado por la OACI, del 2015 al 2018, en cooperación con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Gracias a este proyecto, la OACI desarrolló un conjunto de documentos de orientación para los Estados sobre cómo implementar y asegurar la financiación de las energías renovables y los proyectos sobre Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, sus siglas en inglés) , así como herramientas analíticas creadas para comparar la relación entre el costo y la efectividad de las iniciativas de mitigación de las emisiones, la Plataforma para compartir conocimiento sobre bajas emisiones de carbono, y la herramienta de la curva del costo marginal de la reducción (MAC, por sus siglas en inglés) . Estos documentos y herramientas de orientación son beneficiosos para las autoridades de aviación civil y las partes interesadas de la aviación para la implementación de un plan de acción nacional para la reducción de emisiones y ya están disponibles en el sitio web público de la OACI. Uno de los principales resultados del proyecto OACI-PNUD-FMAM fue un proyecto a pequeña escala que podría replicarse fácilmente y que ilustraría tanto el uso de energía limpia como las reducciones de emisiones de CO 2 asociadas con las operaciones de aviación internacional. Luego de la evaluación de varias posibles medidas, se implementó un proyecto piloto de energía solar en las puertas de embarque en Jamaica. La OACI implementó el proyecto piloto en dos aeropuertos de Jamaica para demostrar cómo los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés) podrían utilizar energía renovable en un aeropuerto para reducir las emisiones de CO2 de las operaciones en tierra mientras un avión está estacionado en la puerta de embarque. Convencionalmente, las aeronaves utilizan motores/grupos auxiliares de energía (APU, por sus siglas en inglés) a bordo y una unidad de potencia en tierra fija (GPU, sus siglas en ingles) para proporcionar electricidad y control de clima a bordo, mientras una aeronave está estacionada en la puerta de embarque. Mediante el uso de fondos nacionales para el desarrollo, los Estados en vía de desarrollo y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés) pueden utilizar este proyecto piloto como modelo para la creación de instalaciones de energía solar que sustenten las necesidades energéticas de las aeronaves en las puertas de embarque donde se prestan servicios a los vuelos internacionales, evitando así las emisiones de CO 2 resultantes del uso de motores/grupos auxiliares de energía (APU, por sus siglas en inglés).
El Proyecto de asistencia de la OACI y la Unión Europea sobre creación de capacidad para la mitigación del CO 2 de la aviación internacional es una respuesta a la necesidad de asistencia para el desarrollo de planes de acción para garantizar que todos los Estados miembros puedan participar en los esfuerzos colectivos acordados durante la Asamblea de la OACI, para alcanzar la ambiciosa meta sobre el medio ambiente. Este proyecto ha sido una de las iniciativas históricas de fortalecimiento de capacidades e iniciativas de asistencia y uno de los proyectos que representa plenamente el espíritu de la iniciativa Ningún país se queda atrás (No Country Left Behind, en inglés) de la OACI. El proyecto OACI-UE tenía como meta ayudar a los 14 Estados seleccionados en África y en el Caribe a desarrollar e implementar sus planes de acción, y establecer sistemas ambientales de aviación para el monitoreo y reporte de las emisiones de CO 2. Financiado por la Unión Europea. Esta iniciativa de 6.5 millones de euros fue implementada con éxito por la OACI desde el 2014 hasta el 2019, logrando todos los resultados esperados e incluso superando los objetivos iniciales. El primer objetivo del proyecto OACI-UE fue la creación de capacidad hacia los Estados para el desarrollo de planes de acción. La OACI organizó seminarios de capacitación específicos, dirigió el establecimiento de equipos de planes de acción nacionales en los Estados seleccionados y ayudó a cada autoridad de aviación civil directamente en la preparación de sus planes de acción. Para junio del 2016, los 14 Estados seleccionados habían desarrollado planes de acción que cumplían plenamente con lineamientos de la OACI, incluyendo la colección de data histórica y escenarios de referencia fiables. Los Estados beneficiarios propusieron un total de 218 medidas para reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2 en sus planes de acción, incluyendo medidas en relación a la tecnología de aeronaves, disposiciones operativas y los Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, sus siglas en inglés).
Como Estado beneficiario del Proyecto OACI-UE, República Dominicana desarrolló y presentó un Plan de Acción Estatal planamente cuantificado por la OACI. El Instituto Dominicano de Aviación Civil desempeñó un rol muy activo durante todo el transcurso del proyecto y sus representantes compartieron sus experiencias como ponentes en varios eventos de la OACI. La participación de la República Dominicana en el proyecto OACI-UE ayudó a adoptar un equipo para el Plan de Acción Nacional con el propósito de apoyar las relaciones con las partes interesadas nacionales y para proporcionar beneficios al Estado en los próximos años. El Plan de Acción del Estado también destacó el compromiso de la República Dominicana de minimizar los impactos del cambio climático relacionados con la aviación y estableció a ese Estado como líder regional en este tema. [8] . Como resultado, la República Dominicana pasó a brindar apoyo a Panamá con el desarrollo de su Plan de Acción Estatal, en el contexto del Programa de Amigos del Plan de Acción Estatal de la OACI[9] (programa en donde un Estado que ya ha desarrollado y presentado un plan de acción proporciona orientación y apoyo a otro Estado que aún no lo ha hecho). En el contexto de este proyecto, la Unión Europea también financió el desarrollo de cinco estudios de factibilidad, incluyendo estudios sobre el uso de Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, sus siglas en inglés) en República Dominicana, Trinidad y Tobago, Kenia y Burkina Faso.
El primer estudio de viabilidad del proyecto OACI-UE se realizó en la República Dominicana[10] . Si bien se analizaron posibles tipos de insumos de materia prima, se identificó la caña de azúcar como la materia prima con el mayor potencial para el Estado. Es importante destacar que el uso de la caña de azúcar como un Combustibles de Aviación Sostenible (SAF, sus siglas en inglés) no desplazaría a otros cultivos ni interferiría con el uso de la caña de azúcar como un cultivo alimentario. Como resultado del estudio, la República Dominicana creó un grupo nacional de partes interesadas para facilitar el intercambio de información relacionada con los Combustibles de Aviación Sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) a nivel nacional. Esta cooperación ha llevado a los principales ministerios e instituciones gubernamentales del Estado a firmar la “Declaración de Punta Cana”, la cual incluye el compromiso de llevar a cabo las principales acciones descritas en la hoja de ruta del estudio de factibilidad. En el mediano plazo, el estudio de factibilidad recomendó que la República Dominicana prepare un marco para posibles inversiones en la producción y uso de Combustibles de Aviación Sostenibles. Esto se puede lograr mediante la adaptación de los reglamentos o las normas actuales para incluir la producción y uso de SAF, la difusión de información sobre su relevancia para el Estado a las partes interesadas nacionales, y aumentando los programas de investigación y el desarrollo de la capacidad del cultivo de la materia prima para garantizar un suministro sostenible y asequible para la industria de producción. Una vez que el mercado regulatorio sea favorable para el uso de Combustibles de Aviación Sostenibles, y se maneje una información confiable sobre la disponibilidad del cultivo de la materia prima, la República Dominicana estaría preparada para definir la implementación real de la producción de dicho combustible, a partir del 2020, incluyendo el establecimiento de una demanda estable a través de las definiciones de tecnología y medidas de incentivo. El apoyo definido en la “Declaración de Punta Cana” será fundamental para lograr estos objetivos de implementación.
Al ofrecerse como voluntario para participar en la fase piloto del Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés) a partir de 2021, República Dominicana expresó nuevamente su compromiso a actuar en contra de los problemas relativos al cambio climático. Cada Estado que participa en el Plan nos acerca a la meta de cumplir el objetivo global de la OACI, de mantener las emisiones netas de carbono a partir de 2020 al mismo nivel, ya que cada Estado continúa aumentando la cantidad de rutas que se cubrirán en el Plan. Debido a esta participación voluntaria en la fase piloto del Plan la República Dominicana la cooperación de los Estados Unidos dentro del programa para creación de capacidad e instrucción para el CORSIA (ACT-CORSIA). La participación activa de la República Dominicana en las actividades de mitigación del cambio climático de la OACI ha asegurado su papel como líder en estos temas en la región del Caribe, por lo que seguirá actuando como un ejemplo de cómo adoptar las mejores prácticas y servirá de inspiración y motivación para otros Estados de la región. La OACI alienta la colaboración continua a nivel regional y mundial, en aras de garantizar que Ningún país se queda atrás (No Country Left Behind, en inglés).
En los próximos años, la OACI y sus Estados miembros, en colaboración con la industria, la sociedad civil y otras partes interesadas, continuarán avanzando en la implementación de medidas para abordar los impactos climáticos de la aviación; además de que continuarán trabajando para la creación en nuevas tecnologías emergentes y formas de energía, como aviones totalmente eléctricos e híbridos, aeropuertos ecológicos, y la adaptación al cambio climático, por citar algunos. Teniendo en cuenta el papel vital que desempeña la aviación y la gravedad de los efectos adversos del cambio climático para los Estados en vía de desarrollo y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS, por sus siglas en inglés), será de suma importancia que estos Estados continúen participando en los esfuerzos de la OACI para mitigar el cambio climático. Con el ritmo inédito del desarrollo tecnológico, este es un momento inspirador para la aviación y la OACI continuará orientando el progreso para que las próximas generaciones tengan acceso a viajar de una manera sostenible y a facilitar su conexión con personas y culturas de esta aldea global. Una nueva y emocionante era comienza y con ella un desafío y una oportunidad inconmensurable colectiva, para un futuro más brillante donde el cielo no sea el límite.
1- https://www.icao.int/environmental-protection/Documents/ Assembly/Resolution_A40-17_General_provisions_noise_ and_LAQ.pdf 2- https://www.icao.int/environmental-protection/Documents/ Assembly/Resolution_A40-18_Climate_Change.pdf 3- https://www.icao.int/environmental-protection/Documents/ Assembly/Resolution_A40-19_CORSIA.pdf 4- https://www.icao.int/ENVIRONMENTAL-PROTECTION/Pages/ CAEP.aspx 5- https://www.icao.int/environmental-protection/Pages/ClimateChange_ActionPlan.aspx 6- https://www.icao.int/environmental-protection/pages/ ICAO_UNDP.aspx 7- https://www.icao.int/environmental-protection/pages/ ICAO_EU.aspx 8- https://www.icao.int/environmental-protection/Lists/ActionPlan/Attachments/32/Dominican%20Republic_ActionPlan-on%20Emission-Reduction.pdf 9- https://www.icao.int/environmental-protection/pages/BuddyPartnerships.aspx 10-https://www.icao.int/environmental-protection/Documents/FeasabilityStudy_DomRep_ENG_Web.pdf