El cambio climático, el crecimiento acelerado de las ciudades y de la población, cambios en el poder económico mundial y el desarrollo tecnológico tienen una relación estrecha e intrínseca que está marcando el rumbo del mundo moderno, impactando a todos los sectores, incluyendo al transporte aéreo.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), un ente especializado de Naciones Unidas, define el cambio climático como: “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmosfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante periodos de tiempo comparables”. Existe una relación intrínseca entre el fenómeno del cambio climático y los sectores productivos del mundo, incluyendo el transporte aéreo. Es una relación directa por
que nuestros modelos económicos convencionales contribuyen al calentamiento global a través de la generación de Gases Efecto Invernadero (GEI), pero también, estos modelos son afectados por los efectos devastadores del cambio climático: inundaciones, sequías prolongadas, tornados, huracanes de mayor intensidad, etc. Desde la adopción de la CMNUCC, en 1992, el cambio climático se convirtió en uno de los temas principales en la agenda internacional y local, con el objetivo de establecer mecanismos adecuados de adaptación y mitigación, de acuerdo a las condiciones específicas de cada Estado y/o sector. En términos de transporte aéreo, las políticas y prácticas permanentes sobre medio ambiente y cambio climático son lideradas por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) , en su calidad de agencia especializada de Naciones Unidas para la aviación civil. La OACI ha sido muy proactiva en cuanto al análisis y la toma de acciones adecuadas para afrontar el cambio climático. En 2004, la Asamblea de la OACI adoptó tres objetivos ambientales, uno de ellos, el limitar o reducir el impacto de las emisiones efecto invernadero sobre el clima mundial.
Este objetivo se fortaleció en 2007 con la adopción de la Resolución A37-19 , en la cual la OACI estableció los primeros pasos para avanzar en torno a las metas aspiraciones claves para la aviación civil internacional:
• Mejorar el rendimiento anual del combustible en un 2%; y
• Crecimiento neutro en carbono de la aviación civil internacional desde 2020.
Estos objetivos fueron establecidos en base a la evidencia científica respecto al impacto de la aviación en el clima. De acuerdo con el Informe Especial del Panel Intergubernamental sobre la Aviación y la Atmósfera Global , las emisiones de CO2 de aeronaves representan un 2% del total de emisiones de CO2 antropogénicas a nivel mundial, y la aviación internacional mundial un 1.3% del total de las emisiones globales de CO2.
En la actualidad, las operaciones aéreas dependen de los combustibles fósiles, y el proceso de combustión genera subproductos que impactan en la calidad del aire y en el cambio climático. Como se describe detalladamente en el Capítulo IV del Reporte Ambiental de la OACI (2016), los motores de las aeronaves emiten gases y aerosoles que generan cambios en la composición de la atmósfera, generados por el aumento de nubosidad por la formación de estelas y la modificación de las nubes naturales.
La quema del combustible en los motores de las aeronaves genera transformaciones químicas que se acumulan en la atmosfera creando desequilibrios en la radiación, lo que es conocido como forzamiento radioactivo . Los principales gases efecto invernadero (GEI) generados por el proceso de combustión de las aeronaves son el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2) y los óxidos de azufre (SOx) y óxidos de nitrógeno (NOx). Actualmente existe un amplio conocimiento y una mejor comprensión de los componentes del forzamiento climático generado por la aviación, particularmente con los efectos asociados a las emisiones de CO2. Sin embargo, aún hay componentes o elementos en los que se sigue profundizando el análisis y la cuantificación en términos climáticos y procesos físico-químicos de la atmosfera, especialmente lo relacionado a estelas de vapor, turbidez inducida, efectos de aerosoles y óxidos de nitrógeno (NOx).
En términos generales, el impacto de la aviación sobre el clima se atribuye a:
• El CO2 generado por el proceso de combustión se acumula en la atmosfera;
• La combinación de los aerosoles y las emisiones de vapor de agua conducen a la formación de estelas de vapor y, por lo tanto, aumentos de nubosidad;
• Los aerosoles generados por la interacción de los óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno pueden modificar las nubes naturales o crear nuevas; y
• Los óxidos de nitrógeno (NOx) afectan la concentración de otros gases, principalmente ozono (O3). La OACI ha tenido un rol muy importante en el intercambio de conocimientos y la creación de capacidad
en los Estados. A través de la Oficina de Medio Ambiente y el Comité de Protección Ambiental (CAEP ), la OACI ha desarrollado una serie de materiales técnicos de fácil interpretación y libre acceso, que permiten tener una mejor comprensión científica de la interacción de la aviación con la atmosfera, esto con el fin fundamental de tomar acciones efectivas para la mitigación y adaptación al cambio climático.
La aviación es un componente importante de la economía global al transportar personas y mercancías entre prácticamente todas las naciones, y es un sector que se encuentra en constante crecimiento. Es por ello, que limitar el desarrollo del transporte aéreo representaría limitar también el desarrollo de los pueblos del mundo, por lo tanto, la reducción del impacto ambiental requiere de un enfoque equilibrado que permita generar un crecimiento sostenible y ambientalmente amigable de la aviación. La OACI y sus Estados miembros reconocen la importancia crítica de asumir un liderazgo permanente para limitar o reducir las emisiones que contribuyen al cambio climático a nivel mundial. Desde la adopción de la Resolución A37-19 en las 37º Asamblea de la OACI, celebrada en 2007, la organización estableció los primeros pasos para avanzar en la toma de acciones bajo un enfoque sostenible. Conjuntamente con las metas aspiraciones para la aviación civil internacional, la OACI adoptó una canasta de medidas con el fin de lograr esas metas aspiraciones. Esta canasta de medidas se compone de cuatro categorías:
1. Tecnología y estándares relacionados con las aeronaves.
2. Mejoras en la gestión del tránsito aéreo y el uso de las infraestructuras.
3. Desarrollo y despliegue de combustibles de aviación sostenibles (SAFs).
4. Medidas económicas basadas en criterios de mercado (MBM), hoy en día, representado por el Esquema de compensación y reducción de carbono para la aviación internacional (CORSIA).
Así mismo, la OACI desarrolló una serie de normas (estándares), materiales de guía y herramientas para ser adoptadas por los Estados miembros. Una de las herramientas más importantes es el Plan de Acción para la Reducción de Emisiones (APER ), a través de la cual cada Estado miembro estableció sus estrategias de reacción de acuerdo a sus respectivas capacidades. República Dominicana no es la excepción, y ha participado activamente en el desarrollo e implementación del plan de acción estatal para la reducción de emisiones. El Plan de Acción Dominicano para la Reducción de Emisiones de CO2 para la aviación civil
internacional (DRAPER), liderado por el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), es verdaderamente un caso ejemplar de éxito. Sin duda, el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) se ha convertido en una institución de vanguardia, en relación a los temas de interés global dentro de la aviación. Desde el 2017 la alta gerencia del IDAC declaró de alto interés la protección al medioambiente y vincula los siguientes objetivos a la planificación estratégica: Desarrollo sustentable, y Modelo de gestión y certificación.
En ese mismo año, el IDAC sé postuló en el premio de producción más limpia, con la intención de demostrar que en el Estado dominicano las instituciones públicas pueden generar cultura de protección al medio ambiente. El IDAC fue la institución ganadora en los renglones de energía renovable y sistema de gestión ambiental.
Para contextualizar el por qué es importante la reducción de emisiones de CO2 para el sector de la aviación, y para todos los sectores en general, es necesario recordar que República Dominicana figura en la lista de los Estados más vulnerables a nivel mundial ante el cambio climático y, en adición, uno de los principales motores de la economía dominicana es el turismo; por lo tanto, es imperativo tomar acciones que permitan mejorar el desempeño ambiental y promover al Estado como un destino más sostenible y amigable con el medio ambiente; por lo que el no tomar acciones responsables puede generar más barreras para el desarrollo del país.
Actualmente, el sector de la aviación participa activamente en la preparación de las políticas de cambio climático dentro de las acciones lideradas por el Consejo Nacional de Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL).
El sector de la aviación está contribuyendo con otras áreas a nivel nacional sobre las lecciones aprendidas y mejores prácticas en relación al monitoreo y mitigación de CO2. El sector aeronáutico ha sido muy activo en diversas actividades de sensibilización, como son la limpieza de costa, los programas de reforestación y el día sin carro.
La aviación internacional está entrando en una nueva revolución, que incluye aeronaves más modernas y eficientes: drones, modelos de aviación urbana, aviones supersónicos, etc. La industria a nivel mundial está cambiando para mejorar el desempeño ambiental del sector y es muy alentador saber que el Estado dominicano está preparado para estos cambios. En los últimos cinco años, con el compromiso de diferentes instituciones de gobierno, la iniciativa de los representantes de la industria (aerolíneas, aeropuertos y proveedores de servicios) y el acompañamiento de la OACI y la Unión Europea en el proyecto sobre “Creación de Capacidades para la reducción de Emisiones de la aviación Internacional”, el Estado dominicano:
a) Fortaleció el sistema institucional con el establecimiento del Comité de Protección Ambiental (CPMA) y el Departamento de Desarrollo Sustentable (DDS), así como un marco normativo inclusivo.
b) Adoptó el Sistema Ambiental para la Aviación (AES) para monitorear de forma eficiente las emisiones de CO2; y
c) Ha implementado, de forma exitosa, diversas medidas de mitigación, como por ejemplo, el diseño de una hoja de ruta para el desarrollo y uso
El tema de cambio climático en el sector de la aviación es abordado desde una óptica de responsabilidad y competitividad.
de combustibles sostenibles de aviación (SAFs) a partir de caña de azúcar, 10.8 MW de energía fotovoltaica instalada en los aeropuertos internacionales, implementación de la unidad de Gestión de Flujo de Tránsito Aéreo (ATFM) y procedimientos basados en la performance (PBN), entre otros. Todo esto se estima que equivale a una inversión de más de US$18.5 millones ejecutada por los diferentes grupos de interés dentro del sector de la aviación dominicana.
La Declaración de Punta Cana, firmada por el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), la Junta de Aviación Civil (JAC), el Departamento Aeroportuario (DA), la Comisión Nacional de Energía (CNE), el Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), representa la hoja de ruta para intentar viabilizar la producción de energías alternativas a partir de caña de azúcar. Esta iniciativa de combustibles sostenibles de aviación (SAFs) es compatible con las iniciativas nacionales y representa un punto estratégico de interés nacional, ya que con el desarrollo de combustible para aviones a partir de caña de azúcar, se impacta positivamente en: i) la economía nacional con la generación de nuevos empleos y encadenamientos productivos; ii) la seguridad energética con la reducción gradual de la dependencia de combustible fósil importado; y iii) el medio ambiente, en la reducción de emisiones de CO2.
Respecto a la adopción de energías limpias, esto no solo contribuye a la reducción de emisiones de CO2 generadas por los aeropuertos, si no también contribuye a la reducción de costos de operación en los aeropuertos. Actualmente hay 10.8 MW instalados entre los siete aeropuertos internacionales, los cuales, contribuyen a una reducción aproximada de 9,594 toneladas de CO2 por año, y contribuyen también a un ahorro aproximado de 6.3 millones de dólares de facturación eléctrica. Esta energía de la red nacional no consumida por los aeropuertos puede redistribuirse para cubrir la necesidad de zonas del país en las cuales no hay energía eléctrica de forma constante.
El cambio climático nos afecta a todos, pero a la vez nos ofrece la oportunidad de innovar.
En adición a esto, hay todo un plan en ejecución para el incremento continuo de la eficiencia del espacio aéreo, lo cual incluye rutas de vuelos más eficientes basadas en la performance (PBN), navegación satelital, toma de decisiones en coordinación (CDM), manejo de flujos de tráfico aéreo (ATFM), salidas y llegadas estandarizadas (SID/STAR) y procedimientos de ascenso y descenso continuos (CCO/CDO). Básicamente, esto consiste en hacer el vuelo lo más eficiente posible bajo un concepto de puerta a puerta, reduciendo las demoras posibles, con el objetivo de reducir el combustible quemado por el avión. Este paquete de medidas contribuye a la reducción de aproximadamente 22 mil toneladas de CO2 por año. Uno de los elementos clave en todo este proceso es el monitoreo, en tanto lo que no se controla no se puede mejorar. El sistema actual de monitoreo es un ejemplo de éxito alcanzado, en gran medida, a la combinación de personal técnico calificado con una herramienta tecnológica nombrada como Sistema de Medio Ambiente y Aviación (AES, por sus siglas en inglés). Hoy en día, es posible monitorear de forma mensual las emisiones de CO2 resultantes de la aviación internacional, en un análisis de vuelo a vuelo, lo que permite también identificar medidas adecuadas de acuerdo a las condiciones específicas y capacidades respectivas del sector. Aún hay muchos elementos por mejorar, pero en definitiva la aviación está un paso adelante en la gestión de sus emisiones.
El impacto de la aviación sobre el clima es generado, principalmente, por el uso de combustibles fósiles en los procesos de combustión. Sin embargo, la aviación no es el sector más contaminante, pero sí es uno de los más proactivos. El tema de cambio climático en el sector de la aviación es abordado desde una óptica de responsabilidad y competitividad.
Considerando que el combustible representa un alto porcentaje de los costos operativos del transporte aéreo, reducir las emisiones de CO2 significa reducir el consumo de combustible y, por lo tanto, reducción de costos operativos. Los retos son grandes, pero las oportunidades son aún mayores. El futuro de la aviación, bajo un concepto de crecimiento sostenible y carbono neutral, está marcado por avances tecnológicos, gestión del tránsito aéreo, navegación satelital, procedimientos operacionales más eficientes, aeropuertos verdes, la utilización de fuentes de energía limpia y renovable, combustibles sostenibles de aviación, entre otros.
Algunos escritores y científicos, incluyendo a Albert Einstein, consideran que los tiempos de crisis son necesarios para el progreso de la humanidad, ya que es en esos momentos de crisis que la imaginación es más efectiva y surgen grandes ideas para responder a esos retos.
El cambio climático nos afecta a todos, pero a la vez nos ofrece la oportunidad de innovar. El cambio climático y el crecimiento desmesurado de la contaminación y las emisiones de CO2 suponen un gran reto para la humanidad, principalmente para los países en vías de desarrollo, pero también nos abre la oportunidad de restructurar y mejorar nuestros modelos socio-económicos de desarrollo.
Se han alcanzado muchos avances y hay pasos muy importantes ya concretizados, sin embargo, este es un esfuerzo continuo, y los próximos años, definitivamente, seguirán siendo de progreso en materia ambiental para el sector de la aviación. Hoy más que nunca existe una firme convicción de seguir avanzando en mitigar las emisiones de CO2 del sector aéreo, y de convertir esos retos en oportunidades para seguir consolidando un sector aéreo sostenible y amigable con el medio ambiente.
República Dominicana proporcionó el espacio de implantar la Oficina de coordinación para el Caribe del proyecto de la OACI y la Unión Europea, y ha sido sede de al menos tres seminarios sobre reducción de emisiones de CO2, en lo que participaron más de 50 representantes de diferentes grupos de interés del sector aeronáutico. Así mismo, el Estado dominicano ha sido un beneficiario, y al mismo tiempo un facilitador muy importante en lo que se refiere a los programas de asistencia de la OACI hacia los Estados miembros para la reducción de emisiones de CO2. Por ejemplo, el intercambio de experiencias para apoyar a otros con el desarrollo de sus planes de acción, particularmente esto quedó plasmado en el marco de los acuerdos de cooperación firmados con Panamá y Paraguay, en 2018 y 2019, respetivamente.
¡República Dominicana lo tiene todo!, y debemos tomar la acciones necesarias para garantizar que continúe de esa forma. Debemos garantizar la preservación de los ecosistemas y de las riquezas naturales, al tiempo que innovamos para adoptar medidas de mitigación y adaptación adecuadas.
Reporte Ambiental de la OACI ICAO, ENV 2019 https://www.icao.int/environmental-protection/Documents/ ICAO-ENV-Report2019-F1-WEB%20%281%29.pdf Reporte Ambiental de la OACI ICAO, ENV 2016 https://www.icao.int/environmental-protection/Documents/ ICAO%20Environmental%20Report%202016.pdf Reporte Ambiental de la OACI ICAO, ENV 2013 https://cfapp.icao.int/Environmental-Report-2013/files/assets/ common/downloads/ICAO_2013_Environmental_Report. pdf Reporte Ambiental de la OACI ICAO, ENV 2010 https://www.icao.int/environmental-protection/Documents/ Publications/ENV_Report_2010.pdf Informe Especial del IPCC: La Aviación y la Atmósfera Global IPCC, 1999 – J.E.Penner, D.H.Lister, D.J.Griggs, D.J.Dokken, M.McFarland (Eds.) https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/03/av-sp-1.pdf Cuarto informe de evaluación del IPCC IPCC, 2007 https://www.ipcc.ch/report/ar4/wg1/ Quinto informe de evaluación del IPCC IPCC, 2013 https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg1/