En el presente ensayo se abordan a grandes rasgos las extraordinarias transformaciones experimentadas por la aviación civil en las últimas décadas, motorizadas, fundamentalmente, por el decisivo impulso del desarrollo tecnológico, la internet y la robótica, entre otros hitos decisivos que configuran lo que los expertos han convenido en denominar “la cuarta revolución industrial”. Al propio tiempo se procura esbozar los significativos avances de la aviación civil en la República Dominicana; su decisivo impacto como factor sistémico de competitividad de nuestra economía y proyección exterior, así como los insoslayables retos que de forma proactiva hemos de asumir para continuar fortaleciendo tan dinámico sector, de conformidad con los lineamientos de la Organización de la Aviación Civil Internacional.
En poco menos de 100 años, el uso masivo del avión hizo posible que el transporte aéreo internacional se convirtiera en la vía preferida para el desplazamiento de personas entre los más distantes y disimiles países de la geografía planetaria, así como el mecanismo más rápido de transferencia de tecnología, de viabilidad para el intercambio cultural y, en general, uno de los motores propulsores del desarrollo económico del mundo actual; inmerso en los albores de la denominada IV Revolución Industrial, caracterizada por la incidencia de las nuevas tecnologías que, a inusitada velocidad, transforman la vida de la humanidad en este siglo XXI. Desde 1914, cuando Anthony Janus estableció el primer servicio regular de pasajeros por vía aérea desde Tampa hacia St. Petersburgo, Florida, los avances mostrados en este estratégico sector del transporte, que hoy representa el 8% del PIB mundial, han sido sencillamente impresionantes.
Dos guerras mundiales, en las cuales quien demostró tener poderío aéreo pudo evidenciar ventajas para imponerse militarmente al adversario, hechos que terminaron de catapultar la industria manufacturera de aeronaves a niveles impensados y generaron experiencias que, al retornar la paz al mundo, dieron como resultado el surgimiento de un medio de transporte aéreo que fue ganando simpatía y confianza de la sociedad, que en el ínterin observaba con asombro las nunca vistas hazañas logradas a través de las aeronaves piloteadas por pioneros y valientes aviadores. Como ejemplos que figurarán por siempre en los anales de la aviación, recordamos los casos imborrables de Charles Lindberg (cruza por primera vez el Atlántico en 1927); Wiley Post (logra en solitario la vuelta al mundo en 1933) y Amelia Earhart (intenta dar la vuelta al mundo en 1937), quienes con sus proezas incidieron de forma positiva en la percepción general sobre la aceptación del avión como medio de transporte de pasajeros.
Esta positiva valoración se aceleró de forma progresiva con la incorporación en los años 50 del motor a reacción a los vuelos comerciales, permitiendo los viajes a lugares cada vez más apartados en menos tiempo, hasta lograr la total interconexión del mundo por la vía aérea, como lo es en la actualidad. Igual impulso significó el desarrollo de las computadoras y el surgimiento de programas avanzados aplicables a los sistemas aeronáuticos durante los años 60 y 70, los cuales generaron un nuevo entorno, mucho más favorable para el crecimiento de la aviación, permitiendo el diseño de sistemas aeronáuticos más eficientes, motores de mejor rendimiento y, en general, nuevas aeronaves capaces de servir rutas deseadas, con mayor comodidad, rapidez y seguridad.
Antes, en diciembre del 1944, la comunidad aeronáutica internacional, reunida en la ciudad de Chicago, firmó el convenio que lleva el nombre de dicha urbe, dando lugar en los años siguientes al surgimiento de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), como órgano especializado integrante de la familia de las Naciones Unidas, con el objetivo de ordenar y armonizar a la aviación civil a nivel global. La creación del órgano rector de la aviación civil internacional resultó sumamente útil y pertinente ante la diversidad y diferencias entre los sistemas aeronáuticos vigentes en los distintos países, que, actuando sin coordinación, constituían fuente de riesgos, que por demás harían imposible la seguridad de los vuelos, la conciliación de intereses y la cooperación entre los países.
No hay tiempo que perder. Como hemos examinado en apretada síntesis, extraordinario ha sido el avance de la aviación civil desde comienzo del siglo pasado. Inmersa en procesos de permanente innovación y de avances tecnológicos, su alta especialización técnica ha conferido a la actividad aeronáutica una historia y dinámica propias, donde el cambio constante y permanente marcan de forma efectiva y acelerada los adelantos que, al concluir la segunda década de nuestro siglo XXI, convierten a la aviación civil y al transporte aéreo indiscutida primacía en la exigente responsabilidad de trasladar personas (cerca de 4 mil millones cada año) de un lugar a otro de forma rápida, confiable y segura por todo el mundo.
En términos de cambios y transformaciones, vivimos una época totalmente distinta a todas las anteriores. El profesor alemán Klaus Schwab insiste en categorizar el actual momento como parte del inicio de la Cuarta Revolución Industrial en marcha, matizada por el ritmo y alta velocidad de los cambios, amplitud y profundidad de los mismos y el impacto de estos en los más “complejos sistemas entre (y dentro de) los países, las empresas, las industrias y la sociedad en su conjunto”. Así las cosas, los retos y desafíos son inevitables para todos los actores individuales e institucionales de la sociedad, so pena de quedar “fuera del juego que se está armando”, en una especie de “¡Sálvese quien pueda!”, parafraseando el título del más reciente libro del destacado periodista Andrés Oppenheimer.
“El futuro de la aviación es tan infinito como la propia imaginación del hombre”
La aviación constituye actualmente un componente de alto impacto en las economías de los Estados, que como actividad no puede quedar rezagada en esta cadena de insoslayables retos y desafíos planteados por la IV Revolución Industrial en marcha. Las exigencias en este nuevo contexto se intensifican, muy especialmente, para las autoridades aeronáuticas de los países, comprometidas a cumplir con efectividad los lineamientos estratégicos de la OACI en materia de seguridad operacional, capacidad y eficiencia de la navegación aérea, seguridad y facilitación al pasajero, desarrollo económico del transporte aéreo y protección del medioambiente, ejes claves sobre los que debemos continuar trabajando de forma colaborativa, como la manera más idónea de mantener la buena salud y garantizar los mejores éxitos del sistema aeronáutico local e internacional.
Como máxima autoridad de la aviación civil dominicana, me complace reiterar que la República Dominicana no solo cuenta con un sistema aeronáutico ordenado, moderno y actualizado, como recomienda y prescribe la OACI, sino que, además, con pasos vanguardistas supera con notas sobresalientes (próxima a un 92%) la auditoría sistémica de carácter internacional que realiza esta organización rectora a todos los países que integran la comunidad aeronáutica mundial. En el ámbito de la administración pública local, la puntuación alcanzada por el Instituto Dominicano de Aviación Civil en todos los indicadores medibles, que gracias al decidido e invaluable respaldo del gobierno que encabeza el presidente Danilo Medina para eficientizar la gestión pública han devenido cada vez más rigurosos, nos coloca en cuarto lugar del Rankin Global integrado por más de 200 instituciones del Estado dominicano, en la medición de octubre 2019 dada a conocer en la reunión del Consejo de Ministros Ampliado.
Esto nos confirma en el hecho de ser la institución mejor estandarizada del gobierno nacional, lo cual eleva nuestra satisfacción, así como nuestro nivel de compromiso constante. Es que República Dominicana aprendió la lección como país de territorio isleño con alta vocación turística, entendiendo que para avanzar es necesario colocar en plano de prioridad estratégica tanto un buen sistema aeronáutico como las acertadas políticas aerocomerciales del país. En el plano aeronáutico “la casa está en orden”. Está demostrado que estos dos factores: un buen sistema aeronáutico y correctas políticas aerocomerciales, han sustentado el crecimiento de las operaciones aéreas y la llegada de turistas de forma sostenida durante la última década a un ritmo de crecimiento anual de 6%, según datos del Banco Central, consolidándonos como uno de los polos turísticos de mayor auge en la región. En definitiva, está fuera de duda la incidencia de la aviación en materia de comercio, conectividad y creación de ventajas competitivas para nuestros países. En República Dominicana el transporte aéreo aporta el 3.8% de su Producto Interno Bruto.
El mercado del transporte aéreo en nuestro país ha crecido consistentemente en un promedio de 5.52% anual durante los últimos 20 años, lo que lo convierte en uno de los mercados de este medio de transporte más grandes de la región del Caribe.
El mercado del transporte aéreo en nuestro país ha crecido consistentemente en un promedio de 5.52% anual durante los últimos 20 años, lo que lo convierte en uno de los mercados de este medio de transporte más grandes de la región del Caribe. Solo en el caso de Punta Cana, que es el aeropuerto de mayor flujo de tránsito, existen 109 rutas directas hacia y desde 33 países y territorios, operadas por 40 aerolíneas. A pesar de esto, cuatro países constituyen el 67% de los flujos de pasajeros hacia República Dominicana: Estados Unidos, Canadá, España y Alemania (BID, 2019).
Por otra parte, según pronósticos de la empresa Boeing, el mercado mundial de la aviación requerirá 2.7 millones de personas entre pilotos, tripulantes y técnicos en las próximas dos décadas. Los pronosticadores dicen que el 44% de las nuevas entregas de aeronaves se destinará a reemplazar los aviones antiguos, mientras que el resto se adaptará al crecimiento del tráfico. Juntos, los nuevos aviones apoyan una industria donde el tráfico de pasajeros crecerá un promedio de 4.6% y el de carga crecerá un promedio de 4.2%.
Tomando en cuenta los nuevos aviones y los que permanecerían en servicio, se espera que la flota comercial global alcance los 50 mil 660 unidades para el 2038. Esta será la primera vez que la flota proyectada de aeronaves alcanzará el récord de los 50 mil (Aéreo, 2019). El tren del futuro está en marcha y no se detiene a esperar a nadie. En el plano local, tenemos que seguir trabajando para mantener el ritmo vanguardista, competitivo y sostenible de nuestro sector aeronáutico, compelido a apoyar las áreas de capacitación, investigación y de desarrollo en innovación, que identifiquen y perfeccionen nuevas tecnologías, que generen mejoras continuas a las entidades del sector, permitiéndoles progresos en sus ofertas de servicios, así como en el fortalecimiento de los factores de más relevancia del sistema de trasporte aéreo, como son: la seguridad, la facilitación y la regularidad de los vuelos. Alguien sentenció una vez con inequívoco acierto, que “el futuro de la aviación es tan infinito como la propia imaginación del hombre”.
El tren del futuro avanza a pasos indetenibles y en el vagón de la aviación encontramos capítulos fascinantes de las nuevas invenciones e innovaciones en desarrollo, propiciadas por los grandes fabricantes de aviones, de automóviles que, de hacerse realidad, muy pronto continuarán revolucionando este ámbito tan decisivo del desarrollo actual e impactando la vida de las personas, a muchas de las cuales podría resultarle insólito que ya se ensayan taxis aéreos y posiblemente en un lapso de 5 años podrían estar dando servicio en cualquier ciudad como New York, Londres o Munich, en Alemania.
“Eric Allison, director de la iniciativa de los taxis aéreos de Uber, afirmó que los obstáculos tecnológicos eran menos complejos que para los vehículos autónomos. Hay menos tráfico en el aire y las primeras generaciones de la aeronave tendrán pilotos. Aún así, ninguna compañía ha recibido certificación de gobierno para volar comercialmente”. Los expertos proclaman: “Estamos en la etapa de exploración de las nuevas tecnologías que cambiarán el mundo de la aviación” Apenas unos años atrás, quien hablaba de drones era tipificado como una persona aficionada a la ciencia ficción y, sin embargo, hoy estos son una realidad de la que pocos se sorprenden, a pesar de que su auge apenas comienza. La innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías se han identificado como herramientas claves para enfrentar el incremento de las operaciones, los nuevos desafíos de la seguridad y la facilitación, así como mejorar la infraestructura de los aeropuertos, aumentar la eficiencia de los vuelos y proteger el medioambiente. En este sentido, y en términos de procurar la sostenibilidad de las operaciones aéreas, el modelo E-Fan X representa la visión de Airbus, de emisiones cero en un vuelo, cuya tecnología se espera sea desarrollada y perfeccionada durante los próximos 20 años.
Esta aeronave de prueba es considerada como un modelo hibrido-eléctrico y se espera que realice su primer vuelo en el año 2021 (Airbus, 2019). Por otra parte, la ingeniería aeronáutica ha revolucionado la forma en la que los modelos envejecidos de aeronaves pueden sobrevivir hasta 20 años más. Las compañías aéreas, entre las cuales citamos Airbus con su modelo A330P2F, han optado por convertir sus aviones comerciales de pasajeros que ya saldrán de circulación, en aeronaves de carga, añadiendo vida útil a las aeronaves. En los últimos años, la inteligencia artificial y la realidad virtual se han convertido en un recurso para aumentar la eficiencia tanto de los operadores aéreos como de las aeronaves, así como en una herramienta novedosa para apoyar la capacitación aeronáutica. Airbus ha identificado seis áreas específicas en las que proyecta utilizar las ventajas de la inteligencia artificial para capitalizar el valor de su negocio: extracción de conocimiento, visión computacional, detección de anomalías, asistencia conversacional, toma de decisiones y vuelos autónomos.
Asimismo, empresas como Avietra desarrollan soluciones de capacitación sobre escenarios de realidad virtual. En la actualidad, Airbus trabaja en tecnología comprensiva, la cual permitiría tener conectividad permanente, ininterrumpida e interoperable entre las aeronaves, helicópteros, drones, satélites y centros de comando que se encuentren en el aire o en tierra. Al igual que Airbus, otras compañías fabricantes de aeronaves están innovando de una manera eficiente, teniendo en cuenta la utilización de tecnología que reduzca los costos asociados a las operaciones y que afecte en menor medida al medioambiente. Los nuevos materiales utilizados en los componentes de las aeronaves le generan menos peso y mayor durabilidad en el tiempo. En materia aeroespacial, el futuro es muy amplio. En el mes de mayo del presente año, a bordo de un cohete Falcon 9, la compañía de transporte aeroespacial SpaceX lanzó al espacio los primeros 60 satélites de su proyecto Starlink, con el que busca crear su propia red de internet satelital de alta velocidad.
Se trata de los primeros envíos de un proyecto que busca proveer internet desde el espacio y que algún día podría sumar 12 mil satélites (Empresas y Management, 2019). La nueva carrera espacial está ahora protagonizada por las compañías SpaceX, Blue Origin y Boeing. Se trata de las iniciativas originadas por Elon Musk, millonario emprendedor, fundador de SpaceX; Jeff Bezos, fundador de Amazon; y Dennis Muilenburg, CEO de Boeing. La primera compañía en activarse lo ha sido SpaceX, a través de una iniciativa que pretende colonizar el planeta Marte. Otro de estos proyectos es Blue Origin, cuyo objetivo es poder fabricar un cohete espacial que se pueda reutilizar para así maximizar la inversión.
La compañía Boeing no se queda atrás, ya que su gerente general, Dennis Muilenburg, ha dicho que le ganará a SpaceX en llevar humanos a Marte, además de estar convencido de que la primera persona que pise ese planeta llegará en un cohete Boeing (Vitali, 2017). Existen otros emprendimientos en este ámbito, todos apoyados en las más modernas tecnologías desarrolladas a partir de la aviación civil, militar y aeroespacial. Los programas espaciales de algunos países desarrollados, como Rusia, también tienen proyectos innovadores para lograr el acceso masivo al espacio exterior. Volviendo al ámbito nacional, los grandes retos que se generan en el sector aeronáutico, a partir de las diversas implementaciones que hacen las aerolíneas para mantener su rentabilidad y competitividad en el mercado, presentan oportunidades importantes para países como República Dominicana, que por su ubicación geo-estratégica favorece la creación de posibles hubs de aerolíneas que operan en esta región, centros de mantenimientos de aeronaves que podrían atender un gran número de solicitudes de mantenimiento o reparación para aeronaves de la zona e, inclusive, para iniciativas como las escuelas de formación de pilotos y de técnicos de mantenimiento de aeronaves que podrían formarse en nuestro país, aprovechando que contamos con algunos aeropuertos de bajo flujo de operaciones (María Montez en Barahona) equipados adecuadamente y un clima favorable para las prácticas y pruebas de vuelo durante la mayor parte del año. El futuro de la aviación en República Dominicana no solo se definirá a partir de los cambios globales originados por las grandes compañías fabricantes de aeronaves o por las tendencias internacionales, sino que localmente debemos ser sistemáticos y proactivos en el fomento de la aviación en términos de creación de oportunidades y formación de una masa profesional que pueda sustentar el crecimiento de las operaciones y más allá.
La ingeniería aeronáutica ha revolucionado la forma en la que los modelos envejecidos de aeronaves pueden sobrevivir hasta 20 años más.
Las aerolíneas que actualmente operan en nuestro espacio aéreo y las que se integren próximamente, requerirán de personal local para manejar más adecuadamente los costos asociados a las operaciones, sin detrimento de la competitividad, la que además debe ser apoyada mediante la adecuación de las regulaciones y la aportación de recursos para activar la instalación de facilidades aeronáuticas en las que se ofrezcan servicios aeronáuticos, inicialmente de menor escala, hasta llegar a contar con facilidades óptimas, que se conviertan en un atractivo para la inversión extranjera en materia de diseño, mantenimiento e innovación tecnológica aeronáutica.
La suerte está echada. No hay tiempo que perder. Queda mucho por hacer, empezando por mantener, profundizar y consolidar el nivel alcanzado por nuestro sistema aeronáutico para que el vuelo continúe siendo la forma más segura e idónea utilizada por las personas para trasladarse cómodamente de un lugar a otro de la geografía planetaria y que lo haga cada vez de modo más masivo, hasta el punto de que llegue un tiempo, no muy lejano, en donde ninguna persona se quede sin abordar un avión en algún momento de su vida. De ahí el slogan de la campaña: ¡Que nadie se quede sin montar un avión!
Aéreo, I. (17 de Junio de 2019). Boeing pronostíca más de 44 mil nuevos aviones en los próximos 20 años. Obtenido de Informe Aéreo: http://informeaereo.com/2019/06/boeing Airbus, S. 2. (20 de 11 de 2019). E-Fan X. A giant leap towards zero-emission flight. Obtenido de www.airbus.com: https://www.airbus.com/innovation/future-technology/ electric-flight/e-fan-x.html BID. (2019). Air Transport Case Study. The Impact of Aviation Reform in the Dominican Republic: A model of Socioeconomic Growth and Development. México: ICAO. Crouch, T. D. (2003). Wings: a history of aviation from kites to the space age. Washington, D.C: Smithsonian National Air and Space Museum. Empresas y Management, E. &. (24 de 05 de 2019). Elon Musk lanza 60 satélites para crear Starlink, su propia red de internet satelital. Obtenido de www.estrategiaynegocios.net: https://www.estrategiaynegocios.net/empresasymanagement/1287162-330/elon-musk-lanza-60-satélites-para-crearstarlink-su-propia-red-de Federal Aviation Administration, F. (2019). FAA Aerospace Forecast Fiscal Years 2019-2039. Washington. D. C.: Office of Aviation Policy and Plans. Junta de Aviación Civil, J. (2018). Memorias de Gestion Sept 2001- Sept 2018. Santo Domingo: Junta de Aviación Civil. Schwab, K. (2019). The Global Competitiveness Report . Cologny/ Geneva Switzerland : World Economic Forum. Vitali, D. (06 de 06 de 2017). La nueva carrera espacial a cargo de empresas privadas. Obtenido de http://agencia.donweb. com: http://agencia.donweb.com/la-nueva-carrera-espacial-a-cargo-de-empresas-privadas/ Satariano, Adam: “Los taxis voladores enfrentan varias nubes en el Horizonte” The New York Times International Weeekly, Sabado 23 de noviembre 2019. Klaus Schwab. “La cuarta revolución industrial”, primera edición en Español 2106, editorial Penguin Randon House.