Ainicios de este año el Instituto Nacional de Migración (INM RD), con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), puso en circulación el primer Perfil migratorio de la República Dominicana1, uno de los resultados más significativos que puede exhibir nuestra institución en sus tres años de creada, en tanto constituye un logro esencial para el fortalecimiento de la gobernanza migratoria en el país.
Este primer perfil migratorio resume los antecedentes, procesos recientes y tendencias de la migración en la República Dominicana, y muestra la evolución de las
normativas y transformaciones institucionales que ha efectuado el Estado dominicano para dar respuestas a las dinámicas del cambio de la migración en un país
que es origen, tránsito y destino de las movilidades humanas en la región del Caribe, y que desde hace muchos años considera el tema migratorio como transversal a todos los procesos de nuestra vida política, económica, social y cultural.
En el abordaje del fenómeno migratorio era necesario presentar con un criterio científico, pero accesible, una fotografía hablada de lo que ha sido y sigue siendo
la movilidad humana en República Dominicana. Para ello fue necesario abordar el fenómeno desde cuatro ámbitos: inmigración, emigración, migración interna y
el flujo de extranjeros por corta estadía. El estudio a profundidad de cada uno de estos aspectos arrojó información valiosa para casi todos los sectores que componen Los cuadros y mapas que aparecen en este artículo pertenecen al Perfil migratorio de la República Dominicana publicado en enero de 2018 por el Instituto Nacional de Migración y la Organización Internacional para las Migraciones. la sociedad dominicana, en tanto se hizo una caracterización de la migración y su influencia en el desarrollo económico, el empleo y el mercado de trabajo, la salud, la educación, el cambio climático, entre otros.
República Dominicana, en los últimos 15 años, ha sido el segundo país de Latinoamérica y el Caribe con un porcentaje de crecimiento más alto con relación al
Producto Interno Bruto, lo que lo convierte en un factor de atracción para la población migrante. Por otra parte, continúa creciendo la población dominicana que emigra, que supera (incluyendo a los descendientes) los 2 millones de personas, mujeres en su mayoría, ubicados, fundamentalmente, en Estados Unidos, España, Puerto Rico, Chile e Italia. Uno de los aspectos que arrojó esta investigación es que de forma aproximada se puede plantear que por cada inmigrante que hay en el país, viven tres dominicanos en el exterior, lo que significa que la población inmigrante es muy inferior a la diáspora dominicana.
En este sentido, se plantea que, aunque es difícil de determinar cuántos inmigrantes viven actualmente en el territorio nacional, debido a la inmigración irregular
que entra por la frontera terrestre con Haití, se estima que alrededor de 500 mil personas nacidas en el extranjero residen en la República Dominicana, de las cuales más del 80% nacieron en el país vecino.
Por otra parte, como país de tránsito, ha habido un incremento en el número de personas que utilizan la República Dominicana para llegar a terceros países, en lo fundamental, Estados Unidos. Aunque también se ha manifestado, en los últimos años, la intención de arribar a otros destinos de Centroamérica y Suramérica.
Vale destacar, que se aprecia un incremento en la entrada de extranjeros por corta estadía. Aquí se impone el turismo de múltiples nacionalidades, con cifras que oscilan entre los 5 y 6 millones en los últimos años; aunque también hay un grupo que ingresa por un periodo de 90 días y realiza actividades varias en el sector informal de la economía, como es el caso de la reciente inmigración venezolana.
La inmigración actual en el país tiene un carácter urbano, a diferencia de aquellas migraciones que se dieron en el siglo pasado de índole esencialmente rural. Más de un centenar de nacionalidades que emigran a República Dominicana, entre las que se destacan la haitiana, seguida de la estadounidense y la española, se ubican en las principales ciudades del país con la idea de trabajar por más de 6 meses o por años. Por su parte, la migración interna de dominicanos del campo a la ciudad se ha desacelerado en los últimos años, aunque toma auge la estadía por tiempo definido para realizar actividades comerciales, servicios y trabajar en labores de la construcción.
Uno de los aspectos más significativos que se aborda en el Perfil, es el relacionado con las remesas y sus efectos positivos en el crecimiento económico del país y en los hogares dominicanos, en particular. Su incidencia es innegable en la reducción de los niveles de pobreza general que se experimentó a partir del año 2004. De la misma forma mejoraron algunos indicadores de salud, aunque de modo leve. En el tema relacionado con el cambio climático, se evidencian dificultades que deben ser atendidas de manera expedita al ocupar la República Dominicana el puesto número 8 entre los países con mayor vulnerabilidad ante este fenómeno a nivel global.
En cuanto a la gobernanza migratoria, se ha experimentado un avance significativo en este sentido, no solo con la producción de nuevos conocimientos e informaciones sobre el tema, los lineamientos de políticas, el marco normativo y la creación de nuevas instituciones, como es el caso del propio Instituto Nacional de Migración, la Escuela Nacional de Migración, la Procuraduría Especializada contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas, el Instituto Nacional de Dominicanos en el Exterior, entre otras, sino por el salto histórico que se experimentó con la puesta en marcha del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros (PNRE), que se inició en 2014, cuya segunda etapa acaba de culminar. El PNRE benefició en su primera etapa a 249 mil extranjeros, y de ellos el 96% proveniente de Haití.
Otro paso primordial en el ordenamiento de la gestión migratoria ha sido la inclusión de los trabajadores extranjeros y sus familias en el sistema de seguridad social, aporte que redunda en bienestar social y económico tanto para el país como para los trabajadores inmigrantes.
Por otra parte, La Ley 1-12, que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo al 2030 (END-2030), incorporó los objetivos y líneas de acción de la política migratoria con el fin de garantizar la igualdad de derechos y oportunidades para la población dominicana en el exterior y para los extranjeros que viven en la República Dominicana. Los lineamientos de dicha política migratoria se añaden a los diferentes instrumentos jurídicos que han sido proclamados desde la aprobación de la Ley General de Migración, en el año 2004.
Entre los aspectos de mayor alcance podemos mencionar la orientación de políticas en la región fronteriza, zona caracterizada por un atraso en la dinámica de desarrollo respecto a otras del país. Esta región se incorpora a la END-2030 con el objetivo de transformar su entorno, estimular la inversión del sector privado y realizar acciones de cooperación internacional que permitan alentar su desarrollo y renovar el espacio desde los puntos de vista económico, social y cultural. De la misma forma se avanza en el tema del control fronterizo. En este sentido, la Escuela Nacional de Migración desarrolla una labor encomiable en la capacitación del personal encargado de esta actividad.
Entre los aspectos de importancia que recoge el primer Perfil migratorio de la República Dominicana, nos interesa destacar que los resultados de esta investigación constituyen una contribución sin precedentes tanto para las instituciones públicas como para los organismos internacionales, las entidades de la sociedad civil y la comunidad académica interesada en producir conocimientos acerca del tema migratorio, por el conjunto de informaciones estadísticas, análisis, comparaciones, retos, proyecciones y propuestas que aporta.
El Estado ha liderado desde sus inicios los estudios e informaciones que asisten a la conformación de políticas públicas migratorias. Asimismo, varias instituciones han contribuido con este fin, como es el caso de la Oficina Nacional de Estadísticas, el Ministerio de Trabajo, el Centro de Exportaciones e Inversión de la República Dominicana, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Banco Central, entre otras.
Las conclusiones2 a las que se arriba en el primer Perfil migratorio de la República Dominicana están encaminadas a:
• Promover la inclusión productiva de la diáspora dominicana en el crecimiento económico sostenible del país.
• Reordenar y modernizar el marco legal e institucional, asegurándonos de que sea compatible con las mejores prácticas internacionales y el respeto a los derechos de la población inmigrante, con el fin de fortalecer el sistema de registro, gestión y control de los flujos migratorios.
• Continuar regularizando a la población extranjera; establecer un sistema de cuotas y/o incentivos para permiso temporal o de residencia, que defina la cantidad de inmigrantes requeridos, según las demandas del desarrollo nacional.
• Fortalecer mecanismos eficaces de prevención y sanción contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes, estableciendo sistemas integrales de atención a las víctimas, especialmente para los niños, niñas y adolescentes.
• Alinear los cuerpos y órganos del orden público con el marco jurídico existente, para asegurar el cumplimiento de las disposiciones legales en la materia.
• Asegurar el respeto a los derechos humanos de la población inmigrante y su protección frente a toda forma de violencia y discriminación.
Solo nos queda continuar trabajando y avanzar en la medición de los resultados del Índice de Gobernanza Migratoria alineados a la END-2030, de manera que podamos contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde la política migratoria que se lleva a cabo. Se evidencia, una vez más, la evolución que ha tenido este fenómeno en los últimos años. Estos cambios en las dinámicas migratorias tienen que ver directamente con la positiva respuesta gubernamental sobre la base de una normativa sólida que ha hecho posible una nueva gobernanza migratoria, otro de los principales resultados que ha logrado el Estado dominicano en su camino hacia el ordenamiento de la gestión migratoria en la República Dominicana.