La historia de la humanidad es la historia de la migración, y es descrita como el desplazamiento y adaptación de millones de personas que se trasladan de su lugar de origen a otro, por problemas políticos, religiosos o en busca de trabajo. En fin, por mejores condiciones de vida.
La migración, según las características de cada país, se convierte en mayor o menor medida en práctica cotidiana y tradicional que llega a transformar toda su cultura.
Según señala el profesor Vicente Castelló Roselló, de la Universidad Jaime I de España, “en el transcurso de los dos últimos siglos el mundo ha conocido dos afluencias masivas de migraciones mundiales. La primera de ellas, a principios del siglo XIX. En concreto, entre 1820 y 1920, 60 millones de europeos emigraron hacia América del Norte. La segunda oleada comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, acelerándose espectacularmente a partir de 1990”; siendo África el único continente que conserva algunos lugares donde no hubo migraciones; el resto del mundo actual es el resultado de migraciones pasadas y recientes. (Castelló Roselló, Vicente, Las Migraciones desde una perspectiva histórica, http://www.ces.gva.es/pdf/trabajos/articulos/Revista_49/art1.pdf).
Entre las más influyentes migraciones a Europa, Estados Unidos y América Latina se destaca la migración árabe.
“A lo largo del siglo XX los árabes han conocido tres movimientos migratorios importantes. A comienzos de esa centuria hubo primero una migración transoceánica hacia los países de Latinoamérica y los Estados Unidos de América. Tal migración afectó, sobre todo, al Oriente próximo (Siria, Líbano y Palestina). Sirios, libaneses y palestinos partieron por miles hacia esos horizontes lejanos, primero hacia América Latina y luego hacia los Estados Unidos, huyendo de la represión turca y de la miseria económica”. (Bichara Khader, Universidad Católica de Lovaina, Historia de las Migraciones Árabes y Magrebíes hacia Europa, http://www.ehu.eus/ojs/index.php/HC/article/view/4209/3755).
Esa diáspora significó una disgregación de los grupos familiares, quienes muchos años después llegarían a descubrir parientes en lugares tan distantes como México, Argentina, Ecuador, Brasil, entre otros, reconformando así una gran familia extendida por toda América.
Los árabes, término normalmente usado en América para denominar a los inmigrantes procedentes de Siria, Líbano, Palestina y Egipto –o turcos, nombre que se les otorgó por su procedencia de los pueblos del Oriente Medio dominados por Turquía desde 1453– pusieron a República Dominicana en su itinerario migratorio antes de terminar el siglo XIX, ya sea por equivocación o por causas fortuitas, si se considera que Estados Unidos era su lugar preferido de destino. (Orlando Inoa. (1999). Azúcar, árabes, cocolos y haitianos, Santo Domingo, R.D, FLACSO.)
La denominación “turco” se debe a que los pasaportes o salvoconductos que utilizaban para viajar eran de Turquía, porque el Imperio Otomano (turcos) ocupaba toda esa zona. Finalizada la Segunda Guerra Mundial continuaron llegando otros inmigrantes, en su mayoría palestinos, como consecuencia de la creación del Estado de Israel.
La mayoría de los occidentales tienen la creencia popular de que los libaneses, sirios, palestinos y demás inmigrantes del Oriente Medio son árabes. Si bien es cierto que en toda la zona hablan la lengua árabe, no todos pertenecen a esa etnia, es decir, se les llama así por el idioma. Los libaneses son descendientes de fenicios, los sirios y palestinos descendientes de semitas del mediterráneo, los Iraníes de los persas, los iraquíes de los sumerios, los jordanos de los amoritas semíticos, los yemeníes y árabes de la península Arábiga de los sabeos, los omanís de los árabes, y los egipcios son un conjunto de pueblos entre los que estaban los líbicos, fenicios, entre otros.
En República Dominicana tenemos una migración que vino del Oriente Medio, principalmente desde Monte Líbano, huyendo de las precariedades económicas, la represión política y la persecución religiosa, por su filiación al cristiano. Su integración a la vida cotidiana se hizo posible, principalmente, por la afinidad religiosa de estos pueblos con la nuestra.
En el Blog cultural El Rinconcito Cultural RD, dedicado a resaltar la cultura nacional e internacional, el Lic. Walys Matos publicó, el 17 de octubre del 2012, un artículo titulado: “Grupos de inmigrantes del siglo XIX que aportaron a la cultura dominicana”, en el que destaca lo siguiente: ÁRABES Y TURCOS: La mayoría vinieron desde el Líbano huyendo a la invasión turca contra los católicos. El primer grupo llegó en el 1880 por la frontera haitiana y se establecieron en Elías Piña, Las Matas de Farfán y San Juan de la Maguana. Los demás lo hicieron a principios de siglo por San Pedro de Macorís y Puerto Plata.
Sus más importantes aportes han sido:
• Su contribución al crecimiento de la población.
• La introducción al comercio de fantasías.
• La introducción de la modalidad comercial de venta a plazo y del regateo.
• Nuevos hábitos alimenticios: Kibbeh (quipe), tabbouleh (tipile), berenjenas rellenas, repollito relleno, yogourt, babaganoush, hummus, etc.
• En el país hay más de cien apellidos de origen árabe.
Refiriéndose al establecimiento de los árabes en República Dominicana, en conversación sostenida con Moisés Arbaje Ramírez, mi padre, nos refiere que “los que llegaban de Haití y cruzaban por Pedernales, en su mayoría, se establecían en Barahona; los que lo hacían por Comendador terminaban, en su mayoría, en Las Matas de Farfán; y los que venían por Dajabón, el gran grueso, se quedaba en Santiago. Pero realmente estuvieron
tanto en el Norte, como en el Sur, Este y Oeste”. Idéntico a como acontece en todas las migraciones humanas, los árabes que ingresaron tanto a Haití como a República Dominicana vinieron sin capital, a excepción de Baduí M. Dumit, quien al ingresar a Santiago de los Caballeros, a principios del siglo XX, disponía de un pequeño capital, deviniendo en el primer árabe más acaudalado, al que siguió en gran fortuna Yapur Dumit, que creó un impresionante almacén de tejidos, identificado como el más grande en el país de un árabe, ubicado en la calle Del Sol esquina España. (Ubi Rivas.
(2017). Palestina, estudio de un diferendo milenario.
Santo Domingo, R.D.: Serigraf, S.A. En las distintas zonas a los que llegaron instalaron negocios ambulantes de bazar y de plaza, llegando a puntos remotos de la geografía nacional; con un estilo de venta poco común en esa época, que consistía en vender sus mercancías casa por casa y dejarlas a crédito para ser pagadas en cuotas semanales, lo que trajo como consecuencia un considerable rechazo en el comercio nativo por la fuerte competencia que representaban.
El mismo tratamiento de rechazo lo habían recibido también de los comerciantes haitianos, registrándose una fuerte presencia árabe en el vecino país, a finales del siglo XIX y principios del XX, con importantes negocios que competían de manera aventajada con el comercio local.
Sobre este tema, Neici M. Zeller, en su artículo “Los comienzos de la migración árabe a la República Dominicana: un proyecto de historia oral” (1997), cita a Nicholls, cuando sostiene que: “Esa migración tuvo su origen en las enérgicas peticiones de los comerciantes haitianos y extranjeros para que expulsaran a todos los árabes del país vecino. Entre 6,000 y 7,000 árabes se habían radicado en Haití en esa primera oleada migratoria. Por su
número, cohesión e intereses se habían convertido en una fuerte competencia para los grandes comercios de firmas haitianas, francesas y alemanas, por lo cual el gobierno haitiano había promulgado leyes desde 1903, limitando las actividades de los árabes, en su mayoría de origen sirio.” (Ver Nicholls, Boletín Museo del Hombre, pp. 165-166).
Al producirse el traslado a República Dominicana de esa gran cantidad de árabes, se experimentó el mismo rechazo de parte de los comerciantes locales. Santiago, Montecristi, Puerto Plata, La Vega, Moca, San Francisco y San Pedro de Macorís son de las ciudades que más repulsión expresaron a la presencia de estos inmigrantes. Fue tanta la animadversión que provocó el método de comercialización utilizado por los árabes, que, en San Pedro de Macorís, importante escenario de nuestra industria azucarera, los nativos intentaban mantener distantes de los ingenios a los buhoneros libaneses.
“Eran denunciados por carecer de las patentes o multados reiteradamente, a petición de los comerciantes locales… También, al llevar directamente en mulas las mercancías a los campos, evitaban el abuso al que los intermediarios tenían sometidos a los campesinos. Se expusieron a muchos peligros deambulando campo adentro con sus mercancías, siendo en ocasiones asaltados en los caminos por delincuentes”. (Juan Pablo Rodríguez Tavárez. (2013), Aportes de la Diáspora árabe en Dominicana, diáspora dominicana.com, http://diasporadominicana.com/2013/12/28/aportes- de-la-diaspora-arabe-en-dominicana).
En San Francisco de Macorís se da solución a esta problemática, imponiendo el pago de un impuesto a los buhoneros y a los comerciantes árabes con negocios establecidos, tal y como pagaban los dominicanos.
A finales del siglo XIX la República Dominicana tenía una población eminentemente rural, por lo tanto, su desarrollo socioeconómico y cultural era escaso. Con la llegada de estos laboriosos migrantes todos los sectores se ven dinamizados.
Su capacidad de trabajo, ahorro e inversión los llevó a tener estabilidad económica, permitiéndoles la adquisición de diversos negocios, lo que facilitaba la multiplicación de su riqueza y permitía al mismo tiempo a los nuevos inmigrantes árabes que llegaban al país que los sustituyeran en su labor original de buhoneros o vendedores ambulantes.
La cultura de ahorro que los caracteriza es tal, que sobrevivían con el mínimo de recursos, residiendo, en la mayoría de los casos, en reducidos espacios compartidos con decenas de paisanos, en algunas ocasiones con muy poca salubridad, lo que llamó la atención de las autoridades sanitarias a tomar las medidas que dieran solución a esta problemática.
Hoy, los árabes que ingresaron en condiciones humanas y económicas deplorables, resultan grandes empresarios en tejidos, supermercados, industria de la construcción, dealers de automóviles, y profesionales como médicos, ingenieros, arquitectos, deportistas, músicos, escritores, poetas, farmacéuticos… (Rivas, Ubi, Ob. Cit., pág. 725).
Descendientes libaneses han tenido gran incidencia en la fundación y dirección de instituciones de educación superior, tales como la Universidad Iberoamericana (UNIBE), Jorge Abraham Hazoury; Universidad Central del Este (UCE), Dr. José Hazim Azar; Universidad Organización y Métodos (O&M), Dr. José Rafael Abinader Wasaf; y el Instituto Nacional de Ciencias Exactas (INCE), Dr. Julio Hazim.
La comunidad árabe en República Dominicana, como toda migración, en sus inicios buscaba mantener relacionadas las familias para que pudieran ayudarse entre sí. En esos propósitos, realizaban juegos de mesa que los remitían a sus orígenes y conversaban sobre sus negocios, entre otros temas de su interés. Conforme fue creciendo el número de participantes en las reuniones de fines de semana, que ya incluía a las familias, se hizo apremiante buscar un lugar más amplio que pudiera acoger a la mayor cantidad de paisanos posible y llevarle entretención, dando como resultado el nacimiento del Centro Sirio, alrededor del año 1914, en la calle El Conde esquina calle Sánchez, en un segundo nivel, en donde funcionaba la sastrería de los hermanos Cheij.
El Centro Sirio se convierte en lo que en la actualidad es el Club Libanés, Sirio, Palestino, Inc., incorporado el 29 de julio de 1925, mediante Decreto Presidencial No. 200 emitido por el presidente Horacio Vázquez, de acuerdo con la Orden Ejecutiva No. 520, del 20 de junio de 1920.
El Club Libanés Sirio Palestino, Inc. es una de las instituciones más emblemáticas de su género, es el único en el mundo que representa migraciones de estos tres países de manera conjunta, donde todos sus miembros son tratados como iguales.
Dentro de sus celebraciones importantes se destacan la Fiesta de Independencia del Líbano (22 de noviembre) y la conmemoración del Día de la Independencia de Palestina (15 de noviembre). También se celebra el Día Mundial del Emigrante Libanés, el segundo domingo del mes de marzo de cada año, instituido oficialmente en el 2001, mediante decreto del gobierno libanés, a solicitud e iniciativa de la comunidad mexicana de ascendencia libanesa.
En la actualidad, en la región latinoamericana se estima que existen alrededor de tres millones de árabes y sus descendientes, para quienes ha sido de vital importancia la preparación académica; de ahí la gran cantidad de profesionales en las diferentes áreas del saber que contribuyen al desarrollo y progreso nacional.
La mayoría de estos inmigrantes son portadores de una sólida formación en valores transmitida de generación en generación, como bien cita a continuación el escritor y poeta dominicano Tony Raful: “Venimos de hogares formados por libaneses y dominicanos, por sirios y palestinos, por padre libanés y madre dominicana, acogidos a los estatutos de la nacionalidad y, sobre todo, a la asunción de valores universales, y a la defensa de cada átomo y de cada insignia emblemática de esa corriente vigorosa de la nación dominicana, donde la emigración libanesa, siria y palestina abrió los surcos de una confluencia de amor al trabajo y de respeto por los símbolos de la tierra que la acogió. (Tony Raful. (2014). Oh, mis “turcos” queridos, Listín Diario https://listindiario.com/puntos-de-vista/2014/08/26/335043/oh-mis-turcos-queridos).
En República Dominicana estos inmigrantes se han integrado plenamente a la sociedad, destacándose en diferentes áreas, tales como la medicina, política, comercio, ciencia, diplomacia, pintura, literatura, música, poesía, educadores, comunicación, el ejército, el sindicalismo, entre otras actividades, siendo esto un orgullo para la comunidad árabe.
En reconocimiento a la contribución que las migraciones tienen en el desarrollo de los pueblos, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante. (https://es.unesco.org/events/dia-internacional-del-migrante). En ese mismo espíritu, el 18 de diciembre de 1989 la Fundación Corripio donó una estatua esculpida por el artista español nacionalizado dominicano, Antonio Prats Ventós, ubicada en la intersección de las avenidas 27 de febrero y Jose Ortega y Gasset, frente al Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, en la ciudad de Santo
Domingo.
DISTRITO NACIONAL
Abel, Abikaram, Abud, Abu-Nabaa´a, Alma, Almodóvar, Arbaje, Asjana, Azar, Badías, Bacha, Basha, Baik, Busiler, Cáffaro, Catín, Dage, Dájer, Debes, Demalliste, Elías, Elmúdesi, Esmúrdoc, Frappier, Gamborena, Hadad, Haddad, Hazoury, Hasbún, Haar, Hane,Heded, Herrera, Howley, Isa, Jaar, Jana, Janna, Jabid,Juan, Jorge, Kair, Kaluche, Kaussa, Khoury, Kury,Kawas, Kuret, Kourie, Lalane, Lama, Llabaly, Llelbet,Majluta, María, Mané, Mansur, Mahuad, Mazara,Merip, Miguel, Moukarcel, Musa, Mustafá, Nader,Nahum, Najri, Name, Nicolás, Pérez, Raful, Rizek,Scheker, Sebelén, Selman, Selim, Seliman, Sony, Tabrí,Tallaj, Terc, Tonos, Yapur, Yaruk, Yarull, Yaryura,Yeara, Yeb, Yege, Yunes, Wasaf, Wessin, Záiter.
SAN PEDRO DE MACORÍS
Abud, Acta, Alam, Almodóvar, Antonio, Antún, Azar,Batlle, Bulú, Calán, Caram, Dip, Elías, Fadul, Feris,Haché, Hazim, Helú, Isaac, Jacobo, Jaime, Javis, José,Issac, Kasse, Latiff, Llodra, Malkum, Manzur, Merip,Miguel, Musa, Nasar, Nazar, Nicolás, Primo, Risi, Salomón,Sasso, Zaglul, Zuhlud.
LA ROMANA
Abraham, Camasta, Dhimes, Fatule, Garip, Lama, Matar,Muffdy, Nicolás, Pablo, Salomón, Sansur, Sorbo,Tuma, Zorob
EL SEIBO
Chahin, Kair, Muffdy, Nader, Jacobo, Sequie, Tuma
HIGÜEY
David, Haché, Sansur
HATO MAYOR
Bassa, Haché, Hoffis, Morales
PUERTO PLATA
Antonio, Baba, Baduí, Bircann, Canawaty (Canahuate),Elmúdesi, Gobaira, Haché, Jacobo, Jorge, Lama,Manzur, Musa, Naar, Nicolás, Sadalá, Salvador, Sued,Tarib, Zaglul, Zouain.
SANTIAGO
Abad, Abinader, Abisaad, Adenat, Albaine, Arbaje, Baduí,Batuli o Batule, Bes, Betz, Bojos, Canáan, Cury,Dájer, Damau, Dumit, Ega, Elías, Fadul, Gelú, Gobaira,Haché, Haddad, Hahuet, Hapud, Helú, Hued, Isaías,Jacobo, Jelú, Jorge, José, Kalaf, Khoury, Lama, Malarech,Marin, Matta, Miguel, Mubarak, Nazene, Pablo,Pavaguet o Barraquet, Ramia, Sadhalá, Safet, Sahad,Salomón, Sajour, Sem, Serulle, Simón, Sued, Tallaj,Tauir, Tefe, Turbay, Turbair, Yapur, Yunen, Victor,Zacarías, Zaick, Zaiek, Zouain.
TAMBORIL
Dájer
SAN FRANCISCO DE MACORÍS
Abukarma, Achecar, Acra, Asilis, Atallah, Chabebe,Chaljub, Dájer, El Hage, Esmurdoc, Garabó, Haché,Kaluche, Khoury, Lajam, Mues, Ramia, Rizek, Rizik,Saba, Tabar, Tillan, Yanguela, Yapur.
PIMENTEL
Achécar, Aude
SALCEDO
Canáan, Farjat, Elmúdesi, Saba, Salomón, Tabar, Yamus,Yermenos
LA VEGA
Canáan, Saad, Tactuk
CONSTANZA
Abud
MOCA
Baba, Badía, Calac, Dabas, Gitte, Issac, Lulo, Resek
BONAO
Herrera, Khoury, Tawil, Tactuk
SAMANÁ
Abicharam, Bezi, Disk, José, Malet, Malek, Malum
SAN CRISTÓBAL
Abdalah, Canáan, Chain, Haché, Hasbún, Jacobo, Jorge,Mansur, Musa, Paniagua, Risk, Siri, Zaiter
BANÍ
Isa, Jorge, Subero
BARAHONA
Asmar, Cury, David, Elías, Hazoury, Hesny, Jaar, Kury,Khoury, Lama, Matar, Matuk, Melgen, Morales, Sabbagh,Salomón, Sarraff, Saud, Riuck, Yannie, Yennie,Yapur, Yunes, entre otras.
AZUA
Jorge, Paniagua, Saha, Schéker
NEIBA
Abad, Elías, Ibrahim, Lama, Melgen, Succard
SAN JUAN DE LA MAGUANAArbaje, Bachá, Bichara, Canáan, Dauhajre, Herrera,Heyaime, Jorge, Nassin, Isa, Mafout, Miguel, Michelén,Nassin, Nicolás, Paniagua, Salomón, Sido, Yunes,Zaba.
LAS MATAS DE FARFÁN
Arbaje, Bachá, Bera, Bortokam, Garib, Hiar, Howley,Isa, Mafout, Nacer, Nader, Nicolás, Sucart, Tanuz, Yarull,Yunes.
6 Comments
Porque no tienen incluidos en San Pedro de Macorís a la familia Saleme??
Interesante historia, aquí en Mallorca hay apellidos bassa, Juan, llodra, merino, posiblemente de las mismas descendencias ya que estuvieron por 700 años ocupados por los árabes, luego hay otros que pudieron ser adaptados como Batle en vez de Batlle y sansó en vez sasso, igual que Dalmau en vez de Damau, al final todos venimos de todas partes del mundo.
Otro apellido es el Matuk que está en San Pedro de Macorís, ellos son turcos
Muy buen artículo. Estoy de acuerdo con lo que explica sobre inmigración árabe en dominicana.
Me comenta mi yerno que es apellido Jacobo, que el antes era Jacob de Israel cuando llegaron al Líbano lo cambiaron a Jaud y en RD se lo cambiaron a Jacobo.
De Moca también se asentaron descendientes del apellido Souri.
Y Donde estan los de mas apellidos de Duverge y Barahona?