La producción más limpia (PmL) es una estrategia holística que se aplica a cualquier instalación o proceso productivo, sea de manufactura o de servicio, y considera la energía, el agua y los materiales. El alcance de la PmL permite obtener resultados de ahorro de agua, materiales y energía, logrando con ello convertirse en una estrategia para el cumplimiento de compromisos nacionales e internacionales, como los contenidos en varios de los ODS, incluyendo el No. 12, sobre Consumo y Producción responsable y el No. 13 sobre Acción por el clima. La PmL es una estrategia de ganar-ganar.
La preocupación por el medio ambiente inició a raíz de las consecuencias ambientales de la revolución industrial. La razón es muy sencilla, la industrialización implicó e implica hoy día una explotación masiva de los recursos naturales para satisfacer las necesidades energéticas de los sistemas de producción, de materiales para la producción de bienes y servicios de consumo y para el transporte y la vivienda, entre otras necesidades.
La industria ha consumido los recursos naturales, en su mayoría recursos no renovables, con una gran voracidad, y este es uno de los detonantes más importantes de los problemas ambientales que se experimentan y que cada vez tienen impactos negativos más agudos.
Pero no solo es la explotación de los recursos naturales, sino también la manera como se devuelve a la naturaleza los restos y desperdicios de estos recursos, una vez han sido utilizados. Citamos por ejemplo el calentamiento global, que provoca una intensificación del cambio climático a nivel total, consecuencia en un gran porcentaje, de la emisión del dióxido de carbono proveniente de la quema de combustibles fósiles para la obtención de energía y uso en el transporte.
Desde las últimas décadas del siglo pasado el tema ambiental toma relevancia para los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales y para la sociedad en sentido general.
Se han realizado múltiples conferencias, acuerdos y estudios para analizar e identificar las causas y procurar soluciones al deterioro ambiental existente. En 1983, la Organización de las Naciones Unidas creó la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y Desarrollo, y a partir del informe de la Comisión Bruntland,1 se establece que el desarrollo económico de los países es
importante para suplir las necesidades del ser humano, pero hay que tomar en cuenta los límites ecológicos del planeta. Con base en esta concepción nace el término desarrollo sostenible.
Una de las teorías desarrolladas en las últimas tres décadas, para comprender mejor la temática ambiental es la economía ecológica. Esta es un “conjunto de modelos de producción integral e incluyente que toma en consideración variables ambientales y sociales”. En ella se toma en consideración los límites impuestos por el planeta tierra, es decir, las cantidades finitas de recursos
existentes y las condiciones impuestas por la misma naturaleza para salvaguardarlos.
Según Daly, uno de los economistas más destacados en la temática de la economía ecológica, “el crecimiento es incremento cuantitativo de la escala física; desarrollo es la mejora cualitativa o el despliegue de potencialidades”.
“El crecimiento económico se refiere al incremento porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) de una economía en un período de tiempo, sin tomar en cuenta externalidades que determinen si este aumento proviene de actividades genuinamente productivas, o de consumo de recursos naturales, o de actividades que aumentan y disminuyen el bienestar; por el contrario,
el desarrollo sostenible es la definición de una estrategia ganadora en la que los objetivos de crecimiento y conservación dejan de ser incompatibles, basándose en la integración de un modelo de análisis económico por un lado, y por otro, de encontrar una traducción práctica de todas sus implicaciones sobre los criterios que deben guiar las decisiones de asignación de recursos”.
Fue en el año 2002, en la Cumbre de Johannesburgo, que se hizo la siguiente declaración: “Las principales causas del continuo deterioro del medio ambiente mundial son los patrones insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados, que son motivo de grave preocupación y que agravan la pobreza y los desequilibrios”.
A continuación se muestran algunas cifras4 que explican los resultados de estos patrones de consumo y de producir los bienes y servicios que se requieren:
• El 80% de los productos se tiran a la basura después de un solo uso, o a los 6 meses después de su compra.
• América Latina y el Caribe generan 370,000 toneladas por día de residuos.
• Entre 4 y 6 millones de toneladas al año de plásticos se tiran al mar.
• Pérdida anual de USD13 mil millones por baja productividad.
• Pérdida o desperdicio de un 30% de la comida producida.
• Aumento de la extracción de materiales en 183 mil millones para el año 2050, un 50% más que en la actualidad.
• Aumento del consumo de agua en un 55% entre 2015-2050.
• Existencia de sistemas de consumo no sostenibles: 1 de cada 9 habitantes sufre de hambre y 2 de cada 10 están con sobrepeso.
• Existencia de más de 350 vertederos a cielo abierto en República Dominicana.5
• Utilización de un 85% de combustibles fósiles importados a República Dominicana para generación de energía eléctrica.
Como se observa, existe un consumo acelerado de recursos, se fabrican productos no duraderos, se genera grandes cantidades de residuos y existe un gran desbalance entre los consumos de unos y de otros.
Esta situación ha provocado un conjunto de problemas ambientales, como son:
• Cambio climático global
• Destrucción de la capa de ozono
• Pérdida de biodiversidad
• Contaminación de los océanos
• Contaminación atmosférica
• Escasez y mal uso del agua
• Pérdida y degradación de suelos
• Desertificación
• Falta de viviendas y saneamiento básico.
Ante este panorama se han diseñado varias estrategias, una de ellas es la producción más limpia (PmL o P+L), que se define como la “aplicación continua de una estrategia ambiental preventiva integrada a los procesos, productos y servicios para aumentar la eficiencia global y reducir los riesgos para los seres humanos y el medio ambiente”.
La producción más limpia toma en cuenta la ley de conservación de la materia que establece: “nada se crea, nada se pierde, todo se transforma” y considera cada proceso como una caja donde entran recursos y salen productos y residuos. Es decir, que si aplicamos este razonamiento a un proceso dado, todo lo que entra será igual a lo que sale. En otras palabras, los recursos y materiales que entran a un proceso salen como productos o residuos.
Un segundo planteamiento que hace la PmL es aplicar balances al proceso y hacerse las siguientes preguntas: ¿cuál es el costo de los residuos producidos?; ¿en qué parte del proceso se generan?; ¿por qué se generan? y
¿qué se puede hacer para minimizar, cambiar o eliminar esos residuos?
Los residuos salen del mismo proceso de donde se producen los productos. Es decir, que cuestan lo mismo que los productos y algo más: lo que se paga por gestionarlos. Siguiendo este planteamiento, es obvio que mientras menos residuos se produzcan, el proceso será más eficiente y más competitivo. La PmL es una estrategia de competitividad.
Un tercer planteamiento es que la PmL tiene muy presente que los residuos son los que contaminan, impactando negativamente el ambiente y provocando daños a la salud de todo el ecosistema donde interactúen. Es decir, que al minimizar o simplificar los residuos generados en un proceso se minimiza la contaminación que los mismos podrían provocar. La PmL es una estrategia ambiental.
La PmL tiene un enfoque holístico, es decir, contempla todos los procesos y todas las etapas de los mismos. Abarca desde la eficiencia energética, cambio de materias primas y ahorro de agua, hasta cambios en el diseño de los productos y servicios. Se puede lograr con cambios sencillos y sin costo alguno o con cambios tecnológicos que necesitarían una inversión inicial desde
media hasta alta. A continuación se enumeran las diferentes formas en que se puede implementar la PmL:
1. A través de buenas prácticas, mejorando el trabajo rutinario y el mantenimiento preventivo (hacer el trabajo como se debe).
2. Controlando los procesos: optimizar los procedimientos de trabajo, del uso de la maquinaria, definición de las variables de operación (temperatura, presión, flujo, humedad…) con el fin de mejorar la eficiencia de producción.
3. Sustituyendo los materiales peligrosos por materiales menos contaminantes, menos tóxicos, renovables…, en general, por materiales con un ciclo de vida menos nocivo para el ambiente.
4. Modificando equipos para mejorar el desempeño (ejemplo: sistemas de medición, alarmas, automatización,..)
5. Con cambios tecnológicos en los procesos y en las máquinas, con el fin de eliminar/optimizar operaciones y procesos unitarios, a través de las mejores tecnologías económicamente viables.
6. A través del reuso y reciclaje de materiales residuales en el proceso de la empresa. Dependiendo de los materiales, la operación puede implicar riesgos para el personal, el proceso y el ambiente.
7. A través de la valorización de los residuos y subproductos, transformándolos en materiales que pueden ser comercializados como productos nuevos.
8. Modificando el producto o servicio producido a fin de minimizar los impactos ambientales en su ciclo de vida, es decir, a través de los materiales que se utilizan, la fabricación, el uso, la disposición de los residuos que genera su uso, aplicando eco-diseño, diseño para el ambiente y eco-innovación.
La PmL se puede implementar en todo tipo de instalación, sea de manufactura o de servicios. El análisis realizado en la instalación donde se va a implementar la PmL y que comprende la revisión de las entradas y salidas de los procesos, enfocándose en los residuos generados para determinar las acciones a implementar, se llama diagnóstico de producción más limpia.
La PmL tiene una metodología probada en todo el mundo. La misma está basada en el ciclo de mejora continua o ciclo PHVA o de Deming.7 La PmL contempla varias etapas que algunos expertos resumen en cinco.
Comprende la formación de los equipos de trabajo, la realización de diagramas de flujo y balances de materiales y energía, el análisis de opciones, el cronograma de implementación y el seguimiento.
La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) elaboró y difundió la técnica de aprender haciendo. Cada capacitación comprende un ciclo de talleres y la realización de prácticas que son diagnósticos de PmL.
Implementar la PmL tiene un conjunto de beneficios económicos, ambientales, de imagen, de seguridad para los trabajadores, entre otros. El siguiente cuadro los resume.
En 1979 la Comisión de la Comunidad Económica Europea, hoy Unión Europea, concibió la tecnología limpia como un concepto que cumplía tres objetivos diferentes pero complementarios:8 Descarga de menos contaminación al ambiente, menos residuos y menos demanda de recursos naturales.
Fue el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, hoy ONU-MA) que en el año 1990 presentó la tecnología limpia en términos más integrales, asociándola con un “(…) método más global de protección del medio ambiente que abordaría toda la fase de producción o ciclos de vida del producto, con el objetivo de prevenir y minimizar los riesgos a corto y largo plazo para el hombre y el medio ambiente. Este método Incluye la minimización de la “cuna a la tumba” y los residuos y emisiones en atmósfera, agua y suelo; así como la reducción del consumo de energía y utilización de materias primas”.
Por otro lado, en la década del 90 la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos decidió llamar “Prevención de la polución” (Pollution Prevention) o P2 a las acciones de políticas preventivas en la industria. La P2 se plasmó en un acta que fue aprobada en 1990 por el Congreso de los Estados Unidos. El acta estableció que la P2 era una prioridad superior para proteger el ambiente contra la contaminación. Asimismo, al final de los años ´80 y principios de los ´90, las agencias ambientales de Europa avanzaban en el mismo camino reconociendo que el control de los residuos industriales y la contaminación podrían ser mejoradas, alentando a instalaciones industriales a aplicar políticas preventivas de mayor impacto.
Fue en los países en vías de desarrollo que el PNUMA llamó “Producción más Limpia”, CP (Cleaner Production) o P+L al término definido antes como prevención de la contaminación, promoviendo así su aplicación y convirtiéndose en el término usado en casi todos los países, excepto en Estados Unidos, donde se utiliza Prevención de la Polución, hasta hoy día.
A partir de 1992, cuando se desarrolla la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, en Río de Janeiro, el concepto de producción más limpia toma fuerza como una estrategia clave para alcanzar el desarrollo sostenible, siendo esta la base del cumplimiento de uno de los cinco documentos que surgió de la Cumbre: La Agenda 21. Esta Agenda contenía 34 capítulos concernientes a las diversas dimensiones del desarrollo, incluyendo los referentes a los patrones de producción y consumo, y en ella se le da prioridad a la implementación de Producción más Limpia y a las tecnologías de prevención y reciclaje (PNUMA, 2000).
El concepto de PmL toma vigencia en todo el mundo, sin embargo, en los países en desarrollo el sector empresarial, en especial las pequeñas y medianas empresas, tienen problemas para la obtención de información, capacitación y asistencia técnica que obstaculizan su acercamiento a este tipo de estrategias.
Para superar estas barreras surgieron los Centros Nacionales de Producción más Limpia, con la función de promover, capacitar, realizar diagnósticos de PmL, asesorar sobre políticas y para facilitar la transferencia de tecnología y la inversión en el desarrollo institucional. Estos Centros fueron y son auspiciados por el programa de Centros Nacionales de Producción más Limpia de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y apoyados por la comunidad internacional.
En ese sentido, se ha auspiciado el establecimiento de centros y programas de Producción más Limpia en 48 países a nivel internacional. En la región de América Latina y el Caribe la ONUDI ha establecido 6 centros en Brasil, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México y Nicaragua y dos Red Nacional de Producción más Limpia, en Cuba y República Dominicana, respectivamente.
Actualmente existe el Programa conjunto ONUDI-PNUMA en Eficiencia en el Uso de los Recursos y Producción más Limpia (RECP), cuyo objetivo es aumentar la eficiencia en el uso de los recursos y mejorar el desempeño ambiental de las industrias y otras organizaciones.
El Decreto 789-04 creó el Programa Nacional de Producción más Limpia, como una dependencia del Viceministerio de Gestión Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Este Programa se constituyó en la primera estructura legal de la promoción de la PmL en República Dominicana. En la década del 90, a través de la Cámara de Comercio y luego del Ministerio de Industria y Comercio, se realizaron gestiones infructuosas con la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), para la formación de un centro nacional de PmL en el país.
El Decreto 153-15 derogó el decreto anterior y formó el Programa Nacional de Consumo y Producción Sostenible, con asiento en el Viceministerio de Gestión Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
República Dominicana cuenta con una Política de Consumo y Producción Sostenible promulgada en el año 2010, que es un instrumento de planificación y gestión con objetivos y metas medibles. Entre sus objetivos están: crear mecanismos de articulación entre los sectores públicos, privados y académicos; fomentar prácticas que permitan implementar el consumo sostenible y aprovechamiento sostenible; incorporar prácticas, procesos y tecnologías de producción sostenible en los
sectores productivos y de servicios, y desarrollar y fomentar incentivos.
También cuenta con seis Acuerdos de Producción Sostenible (APS) firmados que involucran los sectores productivos de banano, piscícolas, porcino, avícola, industriales de Haina e industriales de Herrera. Los APS son mecanismos de interrelación entre el sector productivo y el sector público para dar respuestas a problemas comunes. Con los APS se fortalecen las relaciones
público-privada y las interinstitucionales, porque en ellos participan los actores del sector público involucrados
en el sector de que se trate.
Otra acción de PmL con que cuenta el país es la formación de la Red Nacional de PmL y uso eficiente y sostenible de los recursos. Esta red se conformó por el Decreto No. 337-13, con el auspicio de la ONUDI y con la función de promover, capacitar, implementar y auditar a las organizaciones públicas y privadas interesadas en la estrategia de producción más limpia. La Red está
dirigida por los ministerios de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Industria y Comercio y MIPyMES y de Agricultura. Tiene siete miembros, entre los que se encuentran universidades, asociaciones empresariales, instituciones de investigación técnica, instituciones agroforestales y firmas consultoras.
Se han realizado varias jornadas de capacitación en PmL. La primera de ellas en el año 2010, organizada por INTEC y la USAID, logrando capacitar a 40 personas y produciendo seis diagnósticos de PmL a igual número de empresas. Otra jornada fue la ejecutada a través de un proyecto, IWCAM, en el 2012, en la que se capacitaron 32 personas, con 32 diagnósticos de la PmL.
Otras dos jornadas se desarrollaron como parte de la conformación de la Red de PmL. Fue en los años 2015 y 2016, resultando 45 personas capacitadas y 20 empresas con diagnósticos de PmL. Los adiestrados en todos los casos fueron de universidades, instituciones públicas, de empresas y consultores ambientales.
En República Dominicana se ha implementado el Premio Nacional a la PmL, como un mecanismo de reconocimiento
a la implementación de prácticas de PmL y eficiencia en el uso de los recursos. Hasta la fecha se han realizado cuatro versiones, celebradas cada dos años. En ellas han participado 102 empresas, dos ONG y tres organismos oficiales, presentando 141 proyectos.
Los beneficios obtenidos con los proyectos presentados son:
• Ahorro de 4.5 millones de metros cúbicos de agua por año
• Ahorro de 379 mil mega watt-hora por año de energía
• Reducción de 770 mil kg de CO2 por año
• La no disposición en vertederos de 220 mil Kilogramos de residuos por año
• La generación de 37 mil mega-watt-hr de energía con combustibles renovables
• La producción más limpia y los objetivos de desarrollosostenible (ODS)
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son 17 y fueron formulados en septiembre de 2015, en la Cumbre del Desarrollo Sostenible, con la presencia de más de 150 jefes de Estado y de Gobierno. Estos objetivos son de aplicación universal y forman la Agenda 2030. Su finalidad es lograr un mundo sostenible en el año 2030.
Los ODS construyen una visión del futuro que se quiere. Se busca “salir adelante en conjunto, sin dejar a nadie atrás”.
Al implementar producción más limpia se puede ahorrar energía, agua, materiales y de esa manera disminuir emisiones de dióxido de carbono, metano, extracción de materiales, aumentar la calidad ambiental, la disponibilidad de agua potable, la calidad de vida y reducir espacios en los vertederos, entre otros aspectos.
Como se aprecia, esos son los temas de los ODS, es decir, que cuando se implementa la PmL se avanza hacia el cumplimiento de ellos. Directamente influye en:
• Agua limpia y saneamiento
• Energía asequible y no contaminante
• Trabajo decente y crecimiento económico
• Industria, innovación e infraestructura
• Ciudades y comunidades sostenibles
• Producción y consumo responsables
• Acción por el clima
• Alianzas para lograr objetivos
Se puede concluir en que la PmL es una estrategia ambiental y de competitividad que en República Dominicana cuenta con hechos y cifras para demostrar los beneficios ambientales, económicos y sociales obtenidos con ella. Los resultados de las capacitaciones realizadas, de diagnósticos y las implementaciones presentadas en las cuatro versiones del Premio Nacional a la PmL son una prueba de ello. Con la PmL el país cumple compromisos nacionales e internacionales, como los contemplados
en la Estrategia Nacional de Desarrollo y la Agenda 2030. La PmL es una estrategia de ganar-ganar.
2 Comments
Excelente informe y bien detallado, me edifico bastante sobre el tema de Producción mas Limpia y los avances que han tenidos en la Republica Dominicana. cosa que ignoraba completamente.
El artículo es muy interesante, claro y completo.
Muchas gracias,